Se acerca Agosto, el mes de vacaciones por excelencia, y con ello debemos pensar que incluir en la maleta. Si la regla nos coincide con las vacaciones debemos reservar un pequeño espacio en la maleta para productos menstruales, vamos a ver cómo preparar un viaje si usamos productos menstruales alternativos como compresas de tela o copas menstruales.
Viajar con la copa menstrual
La copa menstrual ofrece la ventaja de ocupar poco en la maleta si la comparamos con tampones o compresas desechables, una gran ventaja si tenemos en cuenta que nunca se tiene espacio suficiente para ropa. A pesar de que la copa ocupa poco lugar llevarla en la maleta puede parecer complicado si no la queremos deformar con el peso de otros elementos del equipaje o el traqueteo del viaje. Una solución sencilla y económica para este problema es usar uno de los huevitos o bolitas de plástico que normalmente traen chocolatinas dentro.
Si vamos a viajar en avión yo recomiendo que la copa se lleve en el equipaje de mano, en los escáneres no ofrece ningún tipo de problema y siempre tendremos la seguridad de que estará con nosotras.
En el caso de que estemos menstruando cuando tengamos que tomar un vuelo no hay ninguna contraindicación en usar la copa en estos casos. Al ser la copa de silicona, látex o TPE no pitará en el detector de metales, sin embargo si vamos a pasar por un aeropuerto que incluye escáneres corporales como medida de seguridad la copa aparecerá en las imágenes y preguntarán por ella. Lo habitual en estos casos es que te pasen con una mujer del personal de seguridad, que te haga un par de preguntas y una vez saben lo que es te “dejen ir”.
Yo he utilizado la copa menstrual en vuelos transoceánicos de unas 12 horas de duración y nunca he tenido problemas con los cambios de presión. Yo tengo una copa de mucha capacidad (la Femmycycle) y no tuve necesidad de cambiarla durante el vuelo, lo cual es un alivio, dado que entre el traqueteo del avión y lo pequeños que son los baños la tarea se puede complicar. En el caso de que os toque viajar en vuestros días de flujo más abundante y no estéis muy seguras de que la copa os vaya a aguantar yo recomiendo llevar también una compresa “por si acaso”. En foros de copas he escuchado chicas que combinan el uso de la copa con un tampón de esponja marina para aumentar también la capacidad de absorción, primero se ponen la copa y luego el tampón de esponja marina. Así si la copa se desborda el tampón actúa a forma de barrera, absorbe la sangre y evita que nos manchemos. En el caso de las muy paranoicas o las más abundantes copa+ tampón de esponja marina + compresa nos asegurarán que siempre llegaremos al baño a tiempo.
Muchas empresas que venden copas menstruales venden también vasitos esterilizadores plegables, que son muy prácticos para llevar de viaje. Aunque tengamos pensado esterilizar nuestra copa a la vuelta creo que siempre es recomendable llevar uno de estos vasitos y una pastilla Milton (u otra similar) por si la copa se nos cae al suelo mientras nos cambiamos. Otra solución pueden ser las toallitas desinfectantes para copas o toallitas a base de alcohol (aclarar bien tras su uso).
Viajar con compresas de tela
Las compresas de tela al contrario que la copa si ocupan sitio en la maleta, pero sí esta es la opción de protección menstrual que hemos elegido tampoco nos causará muchos inconvenientes. Solo debemos tener en cuenta que éstas, al contrario que las desechables, vuelven a casa (menos sitio para recuerdos) y llevar una bolsita impermeable para las sucias.
Si vamos a viajar en avión recomiendo que las toallas femeninas lavables se lleven en el equipaje de mano, al igual que la copa no ofrece ningún tipo de problema en los escáneres y siempre tendremos la seguridad de que están a nuestro lado.
En el caso de que estemos con la regla en el momento de volar no hay tampoco ninguna contraindicación en usar este tipo de protección. Yo recomiendo no usar compresas con corchetes metálicos en el aeropuerto, para evitar que salte el detector de metales cuando pasemos.
Si nuestras vacaciones van a durar una semana o diez días considero que lo más práctico es llevar una bolsa impermeable grande (o una bolsa tipo zip de las del congelador) e ir metiendo las compresas, sin aclarar, a medida que se van usando, para evitar que crezcan hongos lo mejor es dejarla abierta hasta que la metamos en la maleta. La sangre se irá secando por lo que no habrá ningún olor desagradable. Una vez lleguemos a casa las ponemos a remojo como hemos visto en la entrada sobre ccomo lavar toallas higiénicas de tela y listo.
En el caso de que estemos más tiempo fuera de casa es mejor lavarlas a mano en el hotel/apartamento y secarlas allí, así nos evitamos que la mancha se fije. Esta también es una opción válida si queremos llevar menos compresas lavables con nosotras. Las podemos lavar a mano en el lavabo y luego colgarlas en perchas y dejarlas en el armario con las puertas entreabiertas, así el servicio de cámara no se percatará de su presencia. Si el clima es cálido y seco estarán secas como mucho en 12 horas (depende de los materiales). En el caso de que vayamos a un lugar con clima frío lo mejor es escurrirlas bien, luego ponerlas en perchas durante el día para sacar la mayor cantidad de humedad posible y por la noche ponerlas sobre el radiador o cerquita de él para que se acaben de secar. En el caso de ponerlas directamente sobre el radiador debemos prestar especial atención a los snaps y al PUL para que no se derritan.
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