Hija de un sacerdote pagano, Margarita, o Marina de Antioquía, se convirtió al catolicismo gracias a la influencia de su ama de cría. El rechazo de un pretendiente no católico la llevó al martirio y a la muerte. A pesar de que su historia está plagada de leyendas, Santa Margarita se venera en la iglesia católica y ortodoxa.
Una cristiana en Antioquía
Según los pocos datos que se conservan, Margarita nació en el seno de una familia romana instalada en Antioquía. Su ama de cría, quien la alimentó siendo un bebé, le enseñó las creencias cristianas. Convencida de su nueva fe, Margarita se hizo bautizar cuando tenía 12 años provocando el rechazo de su familia.
Alejada de los suyos, Margarita se dedicó al pastoreo de ovejas. Cuando tenía 15 años, un prefecto romano se prendó de ella y le pidió que se casara con él. La joven rechazó el ofrecimiento a causa de su nueva fe.
Un martirio entre la historia y la leyenda
La negativa al prefecto le abrió el camino del martirio. En este punto, la leyenda ha creado una serie de imágenes de lo más fantásticas. La más llamativa fue su enfrentamiento con un dragón, al que venció gracias a una cruz que llevaba consigo. La lucha con este animal legendario la relacionó también con la figura de San Jorge, por lo que en alguna ocasión se la representó con una corona como si fuera la princesa de la leyenda del santo.
Es más probable que su martirio se basara en las brutales técnicas que en aquellos tiempos se empleaban. Los últimos años del siglo III estuvieron marcados por una férrea lucha contra el cristianismo encabezada por el emperador Diocleciano.
Según la leyenda, Margarita sobrevivió a todos los martirios a los que se le sometió por lo que los romanos recurrieron a la decapitación para terminar con ella.
Santa inspiradora de Santas
No se sabe con exactitud si Santa Margarita existió en realidad. De hecho, su leyenda fue declarada apócrifa en 494 por el Papa Gelasio I. Sea como fuere, fue aceptada en la lista de mártires y santos de la iglesia católica. Su fama llegó a inspirar a otras mujeres devotas, entre ellas, Juana de Arco, quien aseguró que las voces que la llevaron a la lucha contra los ingleses provenían de las santas Catalina de Alejandría y Margarita de Antioquía.
Protectora de las madres
Durante la Edad Media se extendió su popularidad gracias a la protección que se le atribuía de las mujeres parturientas. En el proceso del parto se invocaba a menudo a Santa Margarita para que protegiera a la madre y al hijo.
Por Sandra Ferrer
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