Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa. Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arriagada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas. Así empieza Orgullo y Prejuicio, una de las exitosas novelas que escribió Jane Austen.
Una infancia rodeada de libros
Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775. Ella y sus siete hermanos fueron educados por su propio padre, George Austen, en la Rectoría de Steventon, en Hampshire. Durante los veinticinco años que pasó en aquel tranquilo ambiente rural, Jane estuvo rodeada de libros de grandes autores como Shakespeare, Fielding o Hume. Su pasión por escribir llegó muy pronto, de modo que antes de cumplir los veintidós, además de cartas e historias breves más o menos fantásticas, ya empezaba a esbozar tres de las que serían sus grandes novelas: Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sentibilidad y La Abadía de Northanger.
Viajando por Inglaterra, los paisajes de su obra
Tras su larga estancia en Steventon, Jane marchó de su idílico refugio infantil y empezó a pasar estancias prolongadas en otros lugares como Bath, Southampton o Londres. La mayor parte de ellas serán escenario de sus novelas.
Reflejo de una sociedad con un toque de ironía y cinismo
Además de pintar con fidelidad las estampas más bonitas de la Inglaterra del siglo XIX, sus novelas son una ventana abierta a la sociedad inglesa de su época. Lo que destaca de la obra de Jane es que esta sociedad nos la muestra con un filtro de crítica burlesca, ironía e incluso un punto de parodia y cinismo.
Reflejo de su vida, menos del amor
Prácticamente todas las novelas de Jane terminan con final feliz. Tras largas vicisitudes, sus heroínas terminan consiguiendo el amor anhelado por todas las páginas de sus libros. Al llegar al final, casi siempre consiguen su objetivo. Sin embargo, parece que Jane no consiguió para ella misma uno de aquellos alegres finales. Con un amor huido a Irlanda y una propuesta de matrimonio rota por ella misma, Jane terminó sus días soltera.
Pero hay muchos elementos de su vida privada que sí que aparecen en su obra. A modo de ejemplo, en el inicio de Sentido y Sensibilidad, la muerte del señor Dashwood que deja a su mujer y sus tres hijas en una situación económica complicada, fue también el difícil destino de su madre. El fuerte lazo fraternal entre Marianne y Eleanor en la misma novela o entre Elisabeth y Jane en Orgullo y Prejuicio son reflejo de la inquebrantable unión de Jane con su única hermana Cassandra. También las familias numerosas, tenía seis hermanos varones además de Cassandra, aparecen en muchas de sus grandes historias. Y así podríamos continuar hasta encontrar en Emma trazos muy similares al propio carácter de Jane.
Escritora hasta el final
El 18 de julio de 1817, Jane Austen moría en brazos de su amada hermana Cassandra. Había terminado de escribir Persuasión y empezaba Sanditon, una última obra que nunca pudo terminar. Una extraña y dolorosa enfermedad se llevó con tan sólo cuarenta y un años a una de las mejores novelistas de todos los tiempos. Porque leer cualquiera de sus grandes títulos es adentrarse en un exquisito mundo de sutilezas, perfectas ironías, en definitiva, en unos escenarios que sólo Jane pudo recrear y de los que, cuando te adentras en ellos, ya no quieres salir.
Si quieres leer sobre ella
En el caso de Jane Austen, os recomiendo las ediciones críticas de sus novelas en las que incluyen una extensa introducción sobre su vida y su obra.
Orgullo y Prejuicio, Jane Austen
Emma, Jane Austen
Persuasión, Jane Austen
Mansfield Park, Jane Austen
Sentido y sensibilidad, Jane Austen
La abadía de Northanger, Jane Austen
Libros que hablan de ella
Recuerdos de Jane Austen
James Edward Austen-Leigh
Jane Austen, una vida
Claire Tomalin
16 mujeres muy, muy importantesRecuerdos de Jane Austen
James Edward Austen-Leigh
Jane Austen, una vida
Claire Tomalin
Jordi Sierra y Violeta Monreal
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