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martes, 30 de agosto de 2011

La historiadora, Ana Comneno (1083-1153)


Alejo I
Una joven princesa bizantina fue testigo de excepción de la llegada a sus tierras de unas extrañas e ingentes masas de hombres provenientes del occidente europeo que iban a protagonizar las primeras cruzadas. Ana Comneno relató aquel momento crucial de la historia en La Alexiada, una obra dedicada al reinado de su padre convirtiéndose así en la primera historiadora conocida.

La primogénita
Ana Comneno nació el 2 de diciembre de 1083. Era la primogénita del emperador bizantino Alejo I Comneno y la emperatriz Irene Ducas. 
Ana recibió una amplia formación en literatura, geografía e historia convirtiéndose en una joven sabia y erudita.
En 1097, con 14 años, Ana se casó con el noble César Nicéforo Briennio, una relación que duró más de 40 años y de la que nacieron cuatro hijos.
La conspiradora
A pesar de que Ana tenía un hermano cinco años menor que ella siempre había pensado que heredaría el trono de su padre. Así, cuando en 1118 Juan ascendió al trono como Juan II Comneno, Ana no dudó en conspirar contra él para sustituirlo por su propio marido. Ayudada por su madre, Ana no tuvo éxito, en parte por el débil carácter del mismo Nicéforo quien en varias ocasiones se negó a colaborar en la empresa. 
Tras varios intentos infructuosos, Ana fue condenada a renunciar a sus propiedades y a marchar exiliada a un monasterio, donde la acompañarían su madre y su hermana Eudoxia. Mientras, su esposo Nicéforo, permanecería en palacio al lado de su cuñado ejerciendo como fiel consejero imperial.
La historiadora
En su tiempo de exilio Ana continuó sus estudios y se decidió a iniciar una amplia historia sobre el reinado de su padre conocida como La Alexiada (1148). A lo largo de 15 tomos, Ana describió más de 30 años de la historia de Bizancio y de su relación con occidente.
El periodo que abarca La Alexiada (1081-1118) engloba el paso de los primeros cruzados por Bizancio hacia Tierra Santa. A pesar de ser una niña cuando empezaron a llegar los primeros caballeros y peregrinos con la intención de recuperar Jerusalén, Ana recordó a su manera aquellos momentos clave: Ana explica el origen de las Cruzadas de una manera vaga y fantasiosa, en un estilo que sorprende bajo la pluma de un historiador serio: un estilo de cuento popular1. Ana atribuyó el inicio de las cruzadas a Pedro el Ermitaño quitándole todo el protagonismo al papa Urbano II. A pesar de esa visión más o menos velada, la historiadora racionalista y algo cínica2, puso de relieve los intereses poco piadosos de muchos de los jefes cruzados que había conocido en su infancia. 
Aun siendo una crónica defensora del reinado de su padre en detrimento de los poderes occidentales, Ana dio a la historia medieval la única visión griega de los primeros años de las cruzadas. 
Además de su visión política de las cruzadas, Ana ofreció un testimonio detallado de las prácticas guerreras de aquel siglo.
Parece ser que Ana murió cinco años después de escribir La Alexiada. Ana Comneno no consiguió su principal objetivo de reinar como emperatriz al lado de su esposo pero su fracaso político la llevó a convertirla en la primera mujer en relatar con su propia mano uno de los momentos más fascinantes de la historia medieval, el inicio de las cruzadas.

 Su obra

La Alexiada, Ana Comneno












Por Sandra Ferrer



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