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domingo, 13 de marzo de 2011

Cartas de paz, Santa Catalina de Siena (1347-1380)


Hija de una muy numerosa familia, fue la penúltima de 25 hermanos, Catalina pasó de ser una humilde joven con visiones tempranas a ser consejera de papas y mediadora de la paz entre las repúblicas italianas.

Compañera de la soledad

Catalina, nacida el 25 de marzo de 1347, era hija de un tintorero sienés, Jacobo Benincasa, perteneciente a la clase social media-baja. Como otras muchas místicas anteriores a Catalina, tuvo visiones muy tempranas, ya a los cinco años. Este hecho fue posiblemente la razón por la cual prefería pasar las horas en soledad y rezando. Parece ser que a los siete años hizo un voto de castidad privado.

Ajenos a la piedad de su hija, sus padres quisieron casarla bien con algún joven rico de la ciudad, a lo que Catalina se negó con rotundidad. Los castigos a duras tareas domésticas o obligándola a arreglarse como una dama bella, no consiguieron doblegar la voluntad de la joven.

A los 18 años conseguía tomar el hábito de la order Tercera de Santo Domingo con el beneplácito de sus resignados padres.

Matrimonio místico

Catalina permaneció tres años recluida como un eremita dedicada plenamente a la oración y mortificando su cuerpo con duros ayunos. Durante este tiempo vivió lo que en sus cartas describió como un matrimonio místico con Jesús. Además de esta experiencia mística, Catalina tuvo continuas visiones.

Transcurrido este periodo de reclusión, una nueva visión invitó a la santa a entrar en el siglo para ayudar a los más necesitados, tarea que realizó con gran devoción. Aunque el destino le deparaba funciones más elevadas.

Mediadora de paz

Siguiendo los pasos de Santa Brígida de Suecia, Catalina no tuvo reparo en escribir a hombres y mujeres con poderes e influencias políticas con el objetivo de pedir la paz. En aquellos tiempos, las repúblicas italianas vivían constantes conflictos y levantamientos; disturbios que se unían a la desaparición de la corte pontificia de Roma que hacía tiempo estaba instalada en Aviñón.

El Papa también fue destinatario de parte de sus misivas instándole a volver cuanto antes a la sede romana. Catalina no sólo consiguió la paz entre la república rebelde de Florencia y la Santa Sede, sino que ayudó al retorno temporal del papado a Roma.

Escritora analfabeta

Aunque se desconoce la formación intelectual de Catalina, e incluso hay quien afirma que era analfabeta, lo cierto es que mantuvo una abundante correspondencia con personas destacadas. Actualmente se conservan más de 300 cartas. Además de su obra epistolar, Santa Catalina escribió el Diálogo de la Divina Providencia tras una corta pero profunda experiencia mística.

Muerte y santidad

Catalina de Siena murió repentinamente a los 33 años de edad, el 29 de abril de 1380, cuando residía en Roma. Sus conciudadanos, deseosos de recuperar el cuerpo de Catalina, se llevaron su cabeza a escondidas. Detenidos por la guardia romana, al mostrar la bolsa en la que se contenía la reliquia, los guardias sólo vieron un puñado de rosas. Los sienes pudieron conservar la cabeza de Santa Catalina en la Basílica de Santo Domingo. El resto del cuerpo reposa en la Basílica de Santa María sopra Minerva de Roma.

Pío II la declaraba santa en 1461. En 1970 era elevada a Doctora de la Iglesia.
 Si quieres leer sobre ella 

Miradas medievales, más allá del hombre y de la mujer, María Luisa Bueno Domínguez
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En este maravilloso libro donde se hace una radiografía de la vida del hombre y de la mujer en la Edad Media, las explicaciones son ilustradas con las vidas de personajes destacados. 
Santa Catalina de Siena, Sigrid Undset
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Por Sandra Ferrer

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